martes, 29 de julio de 2008

A LAS SEIS, EN LA PLAZA...

Pocas cosas quedan reconocibles en Villasana de Mena para quienes vivimos allí nuestra adolescencia en los años 70. Una extraña epidemia de champiñones con forma de adosados se ha extendido por todo el Valle. En el polideportivo hay edificios de 5 alturas que no dejan que se vea la Peña. En la piscina ya no hay trampolín que podamos romper con nuestras barrigas de cuarentones. El River Club se ha convertido en un sucio local abandonado. Los chavales no saben jugar a la penúltima. Se encierran en lonjas de alquiler para ver la tele y emborracharse sentados en sucios sofás rescatados en las escombreras. Los meneses ya no necesitan viajar a destinos exóticos para conocer chicas que hablen con otro acento, el valle ha recibido a multitud de inmigrantes: el mestizaje está ahí, a la vuelta de la esquina. La Bodeguilla de la Calle del Medio sólo es un recuerdo. De Antonio el de Vallejo seguro que no se acuerda ni su familia. El frontón está cubierto para que siga entrando el agua cuando llueve. Sergio no volverá a salir nunca más a tomarse unas cañas para mitigar el calor del verano. En definitiva, que nada es lo que era... ¿O sí? Hay algo que permanece: la bola de piedra de nuestras citas vespertinas en la Plaza del Mercado continúa ahí. Las obras no se la han llevado por delante. Del viejo mercado no queda ni rastro, pero junto a esa esfera pétrea podemos seguir quedando... Nos vemos a las 6, donde siempre...